2021-01-22
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LEER: ESTOS SON TUS ERRORES QUE HACEN FRACASAR A TUS HIJOS

Ora que tus hijos crezcan en madurez emocional.  Que no sean personas que actúan y reaccionan por lo que les dicte sus emociones a cada minuto del día. Una persona con madurez emocional entiende que las emociones no siempre nos guían por el camino correcto

Pide a Dios que tus hijos crezcan en inteligencia. Que Dios les de la habilidad y el hambre de aprender, para que puedan desarrollarse al máximo de su capacidad, enfrentar la vida solos y puedan servir a miles con sus talentos y habilidades.

Ruega (y ruega en serio) que sean tus hijos llenos de sabiduría. No es lo mismo que inteligencia. Una persona muy inteligente que habla sandeces y actúa de la manera incorrecta en el tiempo no adecuado, es un genio que carece de sabiduría y podemos encontrar a muchos de ellos en las cárceles y en las calles vagando.

Intercede para que Dios ponga en el camino de tus hijos las buenas amistades afines a su maravilloso futuro. Dios no les mandará personas que quieran jalarlos hacia una vida inferior llena de problemas innecesarios y vicios que corrompen el alma, el carácter, el cuerpo y la mente. Y si estas personas se atraviesan en el camino de tus hijos:

Pide a Dios que aleje de tus hijos a todas aquellas personas que quieran confundirlos, mentirles, engañarlos a que abandonen su glorioso futuro y que quieran influenciarlos para que abandonen la senda del bien y se inicien en el camino del mal, porque todos sabemos que muchas veces esa calle no tiene retorno, pero por eso:

Ora que Dios les enseñe a tus hijos a aprender a reconocer sus errores, de hecho, esta es una de las características de una persona verdaderamente sabia. Una persona inteligente sabe que está en un error, pero no lo quiere reconocer a veces, en cambio, una persona sabia, sabe, que reconociendo el error y cambiando de rumbo es la mejor manera para solucionar muchos problemas y llegar a un éxito seguro en muchas situaciones de la vida.

LEER ORACIÓN GUIADA : PODEROSA ORACIÓN POR TU FAMILIA

Ora para que tus hijos aprendan a aceptar sus responsabilidades en todas las áreas de la vida, aun en aquellas donde parece que ellos no son los responsables. Este es un principio universal: Si queremos libertad, tenemos que tomar el reto de enfrentar y cumplir con nuestra responsabilidad.

Este no es un discurso político, pero si queremos ser libres y ser respetados en nuestra individualidad y privacidad, tenemos que entender cuáles son nuestras responsabilidades, cumplirlas puntualmente y esto empieza en el hogar. Muchos hijos crecen con la creencia de que sus papás deben de ser siempre responsables de todo lo que los hijos hagan y quieran, tan solo por el hecho de haberlos traído al mundo. Tal vez esta sea la manera de pensar más negativa del mundo. ¿Qué esperanza puede en la vida tener un joven que piensa de esta manera?

Pide a Dios que tus hijos tengan un verdadero encuentro con Dios, el cual abarca recibir como dones de Dios muchas de las virtudes arriba mencionadas. Cuando una persona se encuentra con Dios, la persona muere. No físicamente, pero muere a algunos de sus planes y sueños egoístas. Pone atrás sus ambiciones mezquinas, deja a un lado sus prioridades carnales y llega al entendimiento que sirviendo a los demás y sometiendo su ser entero a Dios, es la única manera como se podrá vivir verdaderamente. De esta manera alcanza la madurez emocional y un elevado grado de sabiduría.

Cuando te encuentras con Dios de verdad es cuando te das cuenta que muchas de las cosas que prácticas son vanas y sin ningún provecho. No se trata de encerrarse en una cueva y convertirse en ermitaño. Jesús no era un ermitaño. Él tenía amigos y aceptaba invitaciones a algunas fiestas, pero de seguro no iba a todos los lugares a donde lo invitaban. Así una persona que se arrepiente de sus malos caminos, dejará las malas amistades, las malas costumbres, hábitos, los vicios y todo aquello que afecta su vida espiritual.

Que una persona tenga un encuentro con Dios, no significa que ya tenga el éxito, la riqueza y la gloria humanas aseguradas. Todo lo contrario. Los que conocen a Dios no buscan esas cosas, porque saben que son más efectivos en su servicio cuando están alejados de las luces y los aplausos, pero solo así se convierten en verdaderos líderes y un verdadero líder no siempre es la persona que tiene el micrófono en la mano.

Ruega a Dios que tus hijos aprendan a respetar, valorar, amar a las personas y que no sean de esos que todo lo juzgan a primera vista. En las ciudades donde hay una integración multicultural, nos hemos dado cuenta que ya no es válido juzgar a todos tan sólo por lo que vemos por fuera.

Si tu hijo aprende a respetar a todos y a darle la oportunidad a la gente de mostrar su lado bueno, tu hijo puede llegar más lejos de lo que te imaginas. En cambio, un joven criticón y que se burla de las personas por cómo se visten, hablan o lucen, es un joven que no verá la verdadera vida en Dios, si no se arrepiente de su manera de actuar hacia los demás.

Intercede a Dios para que tus hijos sean buenos esposos y esposas cuando llegue su tiempo. La educación para el matrimonio empieza desde el nacimiento. Vuelve a leer desde el principio y aplícalo ahora al matrimonio, y te darás cuenta que se requieren las mismas virtudes para un matrimonio estable y fuerte.

A los varoncitos se les debe enseñar el respeto hacia las damas. Hago hincapié en esto, porque a veces sucede todo lo contrario, nos dejamos llevar por la forma de pensar de este mundo. Un varoncito que llega al matrimonio pensando en que la mujer vale menos que el, es un joven que traerá mucho dolor a su esposa.

Muchas esposas se tragan el dolor y la humillación con tal de mantener la unión, pero esto no tiene que ser así, si el joven es educado en su hogar a respetar a su mujer.

Madre, padre, Dios guardará a tus hijos conforme a la oración que estás haciendo por ellos, pero recuerda que ellos tienen que ver y escuchar buenos ejemplos en tu hogar, si no los ven, explícales el porqué. Tal vez no tienes el apoyo de tu cónyuge, pero tu hijo tiene que entender que la vida se vive conforme a los preceptos de Dios y no conforme lo dicta el mundo.

Gracias por preocuparte por tus hijos y orar por ellos. Espero que unos años nos veamos y me des testimonio de las cosas maravillosas que Dios ha hecho en sus vidas. Dios te siga bendiciendo.

Escrito por Hermes Alberto Carvajal.

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