Que las palabras en esta foto te sirvan de aliento. Palabras de consuelo, palabras de amor, palabras que fortalecen. De un padre que anhela que sus hijos e hijas vuelvan a Él y sean felices. Mira, entiéndelo: un hijo o hija de Dios no es el que practica una religión o el que asiste solo a alguna iglesia, o el que se siente más santo y más piadoso. Un hijo o hija de Dios es aquel o aquella que, como tú, y como aquel pecador del que Cristo nos enseñó, reconoce delante de Dios su profunda necesidad; levanta los ojos al cielo y dice: ¡Ten misericordia de mí, que soy pecador! (Lucas 18:10-14).

Tú has reconocido tu necesidad. Tú sabes que necesitas de Dios; tú has clamado con dolor a Él.

No necesitas más. Él ha escuchado tu oración. Escribe el día y la hora en que leíste esta nota, y recuérdala, porque MUY PRONTO recibirás la respuesta a tu clamor.

Escrito por Hermes Alberto Carvajal

Recuérdalo, todos los días, una palabra de fortaleza para ti. Compártelo

Oración para PROSPERIDAD
en el 2012
NO TE DES
POR VENCIDO

(Lee esto)
¡Mujer
Levántate!
Oración por
tus finanzas
More from Beliefnet and our partners
Close Ad